«No podemos privarnos de la misa ahora que el virus ha desenmascarado el individualismo»
«La pandemia ha puesto en evidencia la precariedad humana y ha desenmascarado la mentira del individualismo que ha propiciado la ruptura de vínculos con la familia, con la tradición y con Dios». El obispo español Juan Antonio Reig Pla explica a la Nueva Brújula Cotidiana por qué ha decidido no suspender las misas con el pueblo: «La Santa Misa es el cielo en la tierra y sin ella el hombre desfallece». El Coronavirus es un golpe a «la soberbia del globalismo y de la sociedad tecnocrática», pero también para la Iglesia que ahora debe «volver a las cuestiones básicas que afectan a la salvación humana».
Morir preparados, eso es lo que necesitamos
Dicen que las personas que piden que se vuelvan a celebrar misas, las que van a la iglesia, tal vez buscando un sacerdote para pedir la confesión y la eucaristía, son egoístas. Y sin embargo, pensando en nosotros, en la gente querida o la que está en situación de riesgo, lo que más miedo da no es la muerte, sino dejar este mundo aterrorizado y sin sentirse preparado. La muerte no debe convertirse en un tabú para la Iglesia: necesitamos oír hablar de ella y de la esperanza en la vida eterna.
Ahora es demasiado: la policía interrumpe la Misa
Escenas típicas de China comunista en Marina di Cerveteri, donde el párroco es tomado por sorpresa por dos agentes que le ordenan detener la celebración. ¿El motivo? Se habían reunido – a distancia- algunos fieles en oración.
Cuando las cosas se ponen difíciles... los pastores se han vuelto blandos
La desconcertante historia de las iglesias de Roma, primero cerradas y luego reabiertas, muestra claramente una Iglesia replegada en el presente y que ignora que la gracia de Dios vale más que la vida actual. Ahora, precisamente debido a la gravedad de la epidemia, es necesario reanudar las Misas suspendidas, incluso con las precauciones del caso.
“Las iglesias de Roma se reabren”. El Papa y el cardenal vicario se acusan mutuamente
Un nuevo decreto del Vicario General de Su Santidad para la Diócesis de Roma, De Donatis, se remonta a la decisión de unas horas antes, después de que el Papa también criticado esta mañana en la misa de Santa Marta las “medidas drásticas”. Las iglesias de Roma, por lo tanto, se reabren, pero el cardenal De Donatis escribe a los párrocos romanos y revela que la decisión de cerrarlas fue del Papa, no suya. Las protestas de muchos fieles y las alarmantes llamadas de obispos y cardenales lo convencieron de cambiar idea. Un desconcertante espectáculo de una jerarquía eclesiástica en estado de confusión. Y ahora los obispos se animan y restablecen las misas con el pueblo (obviamente obedeciendo las disposiciones de seguridad).
-PASTORES QUE SE HAN VUELTO BLANDOS por Riccardo Cascioli
Diálogo y acción: lo que no es sinodalidad
El concepto de sinodalidad no se entiende. Alguna vez se pensó que la sinodalidad era caminar juntos creyendo en las mismas verdades de la fe. Hoy se piensa que la sinodalidad es actuar juntos. El modelo de sinodalidad era una Iglesia monárquica, hoy es una Iglesia democrática.
La Misa es esencial para el bien común
Cada Misa, como lo enseña el Concilio, tiene por naturaleza una "índole pública y social". El sacrificio de Cristo que se renueva en la Misa es universal, es decir, es para la salvación del mundo entero. La Eucaristía, decía Benedicto XVI, tiene a tal punto un significado público que empuja un compromiso valiente en las estructuras de este mundo, a través de la Doctrina Social de la Iglesia.
Adiós a las misas: En Italia “Iglesia Patriótica” igual que en China
La Conferencia Episcopal Italiana ha decidido suspender las misas con la participación de la gente en toda Italia hasta el 3 de abril debido al coronavirus. Una decisión seria, sin precedentes en la historia, que es un claro mensaje de la irrelevancia de la fe para la vida de los hombres. Y un modelo que se arriesga a ser copiado en todo el mundo. La jerarquía eclesiástica se percibe cada vez más como dependiente del Gobierno, según el modelo de la Asociación Patriótica de Católicos Chinos. Y de hecho, también están surgiendo sacerdotes “clandestinos” que celebran en la iglesia o en las casas con unos pocos fieles de confianza, arriesgándose a las denuncias de los funcionarios del Estado y otros sacerdotes.
«La Iglesia católica mejora el mundo»
Educación, salud y reducción de la pobreza, ninguna organización en el mundo hace más que la Iglesia para responder a las necesidades de las personas. Lo afirmó un centro de investigación de la Universidad de Georgetown (EEUU), que cuantificó el bien de las obras católicas en el mundo, además del bien espiritual que el Evangelio trae a la humanidad.
“Pío XII: controversias instrumentales, su santidad está clarísima”
“Es muy grave afirmar que el papa Pacelli no tenía alguna intención de salvar a los judíos, porque es un juicio moral”. “Toda la documentación existente niega la presunta insensibilidad al sufrimiento de los judíos". “Hay razones ideológicas detrás de la leyenda negra sobre Pío XII”. “El proceso de beatificación nunca se ha detenido, hay algunos presuntos milagros en estudio”. Habla Emilio Artiglieri, presidente del Comité del Papa Pacelli - Asociación Pío XII.
Déjennos leer el Acuerdo entre China y la Santa Sede
La carta del cardenal Re a los hermanos del Colegio cardenalicio, hecha para censurar al cardenal Zen en lo que respecta a la cuestión de la Iglesia en China, contiene declaraciones contundentes sobre los cambios doctrinales que implica el Acuerdo entre la Santa Sede y China. Y no sólo para China, sino para toda la Iglesia. Precisamente por esto, los cardenales deben exigir en primer lugar y con firmeza la revelación del contenido del Acuerdo.Déjennos leer el Acuerdo entre China y la Santa Sede
El Vaticano le declara la guerra al cardenal Zen
Una explosiva carta firmada por el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re - y a la que ha tenido acceso la Nuova Bussola Quotidiana -, ataca duramente al arzobispo emérito de Hong Kong, el cardenal Zen, culpable de criticar el acuerdo secreto entre China y la Santa Sede, cuyo resultado es el aumento de las persecuciones de los católicos en ese país. En la carta se mezclan juicios que inducen a la confusión - afirmando una inexistente continuidad entre la línea de este pontificado y la de los dos precedentes - y declaraciones de una enorme gravedad: se atribuye a Benedicto XVI la paternidad de dicho acuerdo y se afirma un cambio doctrinal respecto a la posibilidad de que haya Iglesias independientes.
- LA CARTA