Inés de Montepulciano, una vida extraordinaria
Desde pequeña, Inés Segni sintió la belleza de la fe y la oración. Tenía grandes dotes místicos y taumatúrgicos. A la edad de 15 años se convirtió en abadesa, con una dispensa papal especial. Ayunó y se mortificó. Unió su grave enfermedad con los sufrimientos de Jesús y, al borde de la muerte, invitó a sus hermanas a regocijarse con ella.
- LA RECETA
San Antonio Abad, patrón de los ganaderos
Tras la muerte de sus padres, inspirado por las palabras de Jesús en el Evangelio, Antonio vendió todo para dárselo a los pobres. Se retiró a vivir en el desierto y el diablo le tentó en vano varias veces, incluso bajo la apariencia de un cerdo del que luego salió. Varios jóvenes se reunieron en torno al santo y se convirtieron en sus discípulos, dando un impulso al monacato. Sus monjes adquirieron entonces el hábito de cuidar cerdos.
- LA RECETA
José de Copertino, el fraile volador... y también cocinero
Un niño ingenuo, incapaz de aprender a leer y escribir, tenía el don de una vida espiritual y mística muy intensa. Famoso por sus levitaciones, fue nombrado patrón de los pilotos por este motivo. Pero desde niño también le encantaba cocinar.
-LA RECETA: POLLO AL LIMON
Oliver Plunkett, el último mártir irlandés en Inglaterra
Arzobispo de Aarmagh y primado de Irlanda, vivió las persecuciones inglesas en Irlanda en el siglo XVII y fue condenado en Inglaterra a una muerte de crueldad sin precedentes. Beatificado por Benedicto XV en 1920, luego canonizado por Pablo VI en 1975, es un ejemplo de fidelidad a su vocación y a su tarea.
- LA RECETA: SOPA DEL MARISCOS
Kateri Tekakwitha, una santa singular
Kateri Tekakwitha es la primera “india” en ser canonizada. Entre los milagros de su intercesión, está la inexplicable curación, en 2006, de Jake Finkbonner, un niño que sufre de fascitis necrotizante. Huérfana de sus padres, descubrió a Cristo gracias a los misioneros jesuitas y decidió dedicarse a él, imitando sus sufrimientos. El documental “In her Footsteps” cuenta la historia.
-LA RECETA
Catalina de Bolonia, un cuerpo que da testimonio de santidad
Intacto, colocado en una capilla de cristal en el monasterio de Corpus Domini en Bolonia, el cuerpo de Santa Catalina de’ Vigri († 1463) sigue segregando un aceite perfumado, por lo que su ropa se cambia periódicamente. Muchos fieles han tenido gracias y curaciones al rezar en su tumba. Era abadesa y vivía de forma austera, aunque amaba la gastronomía de su tierra. Las Clarisas que ella dirigió eran famosas por su fresca pasta rellena.
- LA RECETA: COFRES DE VENUS