“Toda guerra es hija del pecado original, las armas de los cristianos son la oración y el anuncio del Evangelio de la paz”. “Es absurdo que Putin se llame cristiano y luego ordene matar a hombres que son imagen de Dios; y es inconcebible que una Iglesia cristiana se convierta en instrumento del nacionalismo”. “La unidad de la Iglesia se construye alrededor del Papa, no de la nación. Desafortunadamente, la Iglesia alemana ahora va en la dirección equivocada”. “Una cosa es ayudar a Ucrania a defenderse, y otra usarla para otros intereses políticos, como hace Estados Unidos”. “El envío de armas es un tema muy delicado, hay que encontrar el punto de equilibrio entre evitar la escalada y evitar que Putin amenace a otros países”. “Los católicos europeos no pueden criticar a Putin y luego hacer suyos los motivos de Bruselas, que también promueve una ideología anticristiana”. El cardenal Gerhard L. Müller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, habla para la Brújula Cotidiana.