Un hombre justo y santo
Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro (Mc 6,29)
Sepulcros blanqueados
Por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crueldad (Mt 23,28)
¡Fariseo ciego!
Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello (Mt 23,23)
Guías ciegos
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que quieren (Mt 23,13)
«¿También vosotros queréis marcharos?»
«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios» (Jn 6,68-69)
Un momento crucial
Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado (Jn 1,45)
Lo mejor que puedas
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”
Venid a la boda
Pero ellos no hicieron caso (Mt 22,5)
Id también vosotros a mi viña
... os pagaré lo debido (Mt 20,4)
Cien veces más
Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna (Mt 19,29).
Corresponder plenamente
«Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, da el dinero a los pobres —así tendrás un tesoro en el cielo— y luego ven y sígueme» (Mt 19,21)
Su verdadero cuerpo
El que me come vivirá por mí (Jn 6,57)