La pureza del culto
Ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir (Lc 21,4)
Confiar en la misericordia
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino» (Lc 23,42)
Una casa para Dios, no para el lucro
Todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo (Lc 19,48)
Las lágrimas de Jesús
Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! (Lc 19,42)
La fe que se manifiesta
Caminaba delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén (Lc 19,28)
La conversión y el arrepentimiento
«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa» (Lc 19,5)
La fe abre los ojos
Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios (Lc 18,43)
La perseverancia en la oración
Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas (Lc 21,19)
El encuentro con Dios
Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra? (Lc 18,8)
La verdadera felicidad es eterna
Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre (Lc 17,26)
Vigilancia y fidelidad
Pero primero es necesario que padezca mucho (Lc 17,25)