San Casimiro
Al príncipe santo, patrono de Lituania y Polonia, le bastaron poco más de 25 años de vida para que su pueblo le amara
Santa Catalina Drexel
Fue misionera en medio de los afroamericanos y de los nativos americanos, ocupándose de su educación y llevándoles el anuncio de Cristo.
Santa Inés de Bohemia
Con las obras de caridad que surgían de dicho amor y con su ejemplo, Inés “tuvo un papel notable -como dijo Juan Pablo II en la homilía de su canonización- en el desarrollo civil y cultural de su nación”.
San Albino de Angers
Hizo de todo para ayudar a las personas en dificultad, por ejemplo liberando a los prisioneros tomados como rehenes por los piratas, o expulsando a los demonios
San Augusto Chapdelaine
Mártir en China, perteneció a la Sociedad de Misiones Extranjeras de París
San Romano de Condat
Nació a finales del siglo IV, cuando el monaquismo empezó a penetrar en Occidente. Su milagro más célebre se verificó durante una peregrinación a la tumba de san Mauricio
San Gabriel de la Dolorosa
Defensor de la misión corredentora de María, tuvo un recorrido de vida similar al de tantos jóvenes, antes de comprender la caducidad de las cosas terrenales y dedicarse a las eternas
San Alejandro de Alejandría
Se recuerda a san Alejandro especialmente por el gran papel que tuvo en su oposición al hereje Arrio. Fue, además, guía de un campeón de la ortodoxia como san Atanasio
Santos Luis Versiglia y Calixto Caravario
Salesianos, ambos estaban muy vinculados al carisma de san Juan Bosco y sufrieron el martirio en China
San Ethelberto
Rey de Kent, criado en el paganismo, fue el primer soberano inglés en convertirse al cristianismo
San Policarpo
Fue discípulo de san Juan Evangelista, que lo consagró obispo de Esmirna. Se le tenía en gran estima por su doctrina teológica y fue maestro de san Ireneo de Lyon, también él nativo de Esmirna
Cátedra de San Pedro
La fiesta de la Cátedra de San Pedro tiene orígenes muy antiguos. La «cátedra», del latín cathedra, indica el lugar donde se sienta el obispo, incluido el Santo Padre, obispo de Roma, es decir, la ciudad donde Pedro sufrió el martirio