Santa Inés de Montepulciano
En 1374, Nuestro Señor reveló a santa Catalina de Siena que en el Paraíso habría gozado de una gloria igual a la de santa Inés de Montepulciano (c. 1268-1317). Esto nos ayuda a tener una idea de la grandeza de esta mística.
San Expedito
San Expedito, el más popular de los mártires de Melitene, es venerado como el santo de las causas urgentes por antonomasia.
San Galdino
Entre los obispos santos de Milán, san Galdino ocupa un lugar preeminente junto a dos gigantes como san Ambrosio y san Carlos Borromeo
San Roberto de Molesmes
Principal fundador de la Orden del Císter, promovió la vuelta a una vida monástica simple y austera.
Santa Bernardita
En una época de ateísmo galopante, la fe límpida de Bernardita es la prueba de que Dios se sirve de los más pequeños para llevar a cabo sus designios más grandes
Santas Basilisa y Anastasia
Mártires romanas, fueron discípulas de Pedro y Pablo en la época del emperador Nerón.
Santa Liduvina
Fue una mística holandesa que ofreció todos sus sufrimientos a Cristo para la salvación de las almas y que tuvo visiones del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso.
San Martín I
La historia de san Martín I (c. 600-655), venerado como mártir, recuerda qué significa el amor para la verdad, es decir, para Cristo, y como surge a partir de él la lucha contra las herejías.
San José Moscati
«Mi lugar está al lado del enfermo», decía esa lumbrera de la medicina que fue san José Moscati (1880-1927), un modelo para cada médico y cada hombre.
San Estanislao
Juan Pablo II definió al santo que celebramos hoy «patrono del orden moral cristiano».
Santa Magdalena de Canossa
Encontró su felicidad perfecta siguiendo a Cristo y sirviendo a los últimos
San Demetrio de Tesalónica
Es un santo muy venerado en Oriente, donde las Iglesias ortodoxas le atribuyen el título de megalomártir (gran mártir) y le tributan un culto casi igual al de san Jorge