San Francisco de Sales
Escritor de gran inspiración, predicador, guía espiritual de varios papas y capaz de convertir a muchas almas que habían abrazado el calvinismo, san Francisco de Sales (1567-1622), patrón de los periodistas, unía a la mansedumbre el ardor por la verdad
San Ildefonso de Toledo
San Ildefonso (607-667) es conocido por sus escritos, entre los cuales destaca un notable tratado sobre la virginidad perpetua de María, y, sobre todo, por el milagroso encuentro con la Virgen, conocido también por los musulmanes
San Vicente
Este gran español afrontó el martirio con tanta fe y fortaleza que su fama se difundió rápidamente por toda la antigua cristiandad; ya san Agustín (354-430) escribía: “¿Cuál es el la localidad, la provincia en la que se extiendan el imperio romano y el nombre de Cristo que no celebre con alegría el aniversario del martirio de san Vicente?"
Santa Inés
Escribía san Ambrosio (340-397) en De Virginibus hablando de santa Inés: “Su consagración es superior a la edad, su virtud superior a la naturaleza, por lo que su nombre no parece que venga de elección humana, sino que es predicción del martirio, un anuncio de lo que ella debía ser. […] Hay, por tanto, en una sola víctima un doble martirio, de pureza y de religión”
San Sebastián
El primer rastro escrito conocido del antiquísimo culto a san Sebastián lo encontramos en la Depositio martyrum del 336, un calendario que estaba en uso en la Iglesia de Roma con los días de sepultura de los mártires, por el que tenemos, en su caso, la fecha del 20 de enero
San Macario el Grande
Discípulo de san Antonio abad, ha sido uno de los Padres del Desierto que más ha contribuido a la difusión del monaquismo
Santa Margarita de Hungría
La suya fue una familia fuera de lo común. Su tía era la célebre santa Isabel. La beata Yolanda y santa Cunegunda de Polonia eran sus hermanas mayores
San Antonio abad
Muy popular durante su vida terrenal, la fama del santo se convirtió en imperecedera gracias a la Vida de Antonio escrita por san Atanasio, que le conocía bien y podía afirmar: «Hombres como él, aun obrando a escondidas, aun deseando no ser visto, el Señor los muestra a todos como una lámpara»
Santos protomártires franciscanos
San Francisco los había enviado a anunciar Jesús a los musulmanes en España, una gran parte de la cual estaba entonces bajo el dominio del islam, y en Marruecos. Después, cuando le llegó la noticia del glorioso martirio Francisco dijo: «Ahora puedo decir con certeza que tengo cinco verdaderos frailes menores»
San Mauro
Junto a san Plácido, fue el discípulo más célebre de san Benito de Nursia. En su honor surgió la Congregación de San Mauro: sus miembros, llamados «mauristas», se distinguieron por su erudición y dieron una gran contribución a la cultura histórica y filológica, así como al estudio de la patrística. La congregación fue suprimida por los partidarios de la Revolución francesa
San Félix de Nola
En virtud de su vida ejemplar, murió ya en fama de santidad y su tumba fue llamada Ara Veritatis por su eficacia en el triunfo de la verdad contra el falso testimonio
San Hilario de Poitiers
Ha sido llamado el Atanasio de Occidente porque, despreciando las persecuciones, san Hilario de Poitiers (hacia 310-367) consagró toda su vida religiosa a la defensa de Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, enfrentándose al arrianismo, que negaba la divinidad del Hijo. Fue proclamado Doctor de la Iglesia en 1851 por Pío IX