El caso africano explica el caos de una Iglesia sinodal
Mientras siguen surgiendo preguntas sobre el significado de la «sinodalidad», el caso de la doble respuesta de África a Fiducia Supplicans sugiere que la implantación de la sinodalidad no hará más que crear división, permitiendo que existan prácticas contradictorias en la Iglesia.
El objetivo del sínodo modernista: la Iglesia como democracia liberal
¿Qué categorías de pensamiento subyacen al nuevo sínodo? Son evidentes las influencias del existencialismo, del marxismo y del hegelismo, en detrimento de la metafísica. El objetivo es insinuar en la Iglesia la democracia liberal procedimental, que la DSI siempre ha condenado.
Burke: «La sinodalidad contradice la verdadera identidad de la Iglesia»
«El Sínodo que hoy se abre esconde una agenda más política que eclesial y divina. Es clara la voluntad de modificar la constitución jerárquica de la Iglesia, con el consiguiente debilitamiento de la enseñanza en materia moral. El mismo proceso utilizado en Alemania».
Del sínodo a la “sinodalidad”: la praxis se convierte en doctrina
Los precedentes de este pontificado sugieren que las conclusiones del sínodo se convertirán por sí mismas en Magisterio, sin necesidad de la intervención del Papa con una Exhortación postsinodal. Otro signo de ruptura con la tradición.
La Iglesia se prepara al Sínodo, entre silencio y división
La preparación al Sínodo que se abrirá el 4 de octubre cuenta con muy poca participación del Pueblo de Dios. Además, han aumentado los conflictos entre los participantes, lo que no es precisamente un buen comienzo.
La Iglesia en Alemania se derrumba y el remedio es peor que la enfermedad
Las deserciones entre los fieles teutones están alcanzando picos alarmantes, pero aún lo es más el remedio propuesto por la cúpula católica local: la sinodalidad. Una terapia de la que esos mismos datos muestran el fracaso y que parece diseñada para matar al "paciente".
Los tres agujeros negros del Sínodo que ponen en peligro a la Iglesia
El camino que culminará en 2023 con el Sínodo de los Obispos presenta al menos tres agujeros negros. El primero es que su conducta no tiene nada de sinodal, lo cual confirma la actitud imperativa de Francisco. El segundo agujero negro se refiere a la escucha, viciada por el hecho de que ya se ha decidido qué escuchar y qué no. La tercera es la idea de introducir la democracia liberal en la Iglesia. Todo esto distorsiona a la propia Iglesia.