San Expedito
San Expedito, el más popular de los mártires de Melitene, es venerado como el santo de las causas urgentes por antonomasia.
San Galdino
Entre los obispos santos de Milán, san Galdino ocupa un lugar preeminente junto a dos gigantes como san Ambrosio y san Carlos Borromeo.
San Roberto de Molesmes
Principal fundador de la Orden del Císter, promovió la vuelta a una vida monástica simple y austera.
Domingo de la Divina Misericordia
El 22 de febrero de 1931, Jesús le comunicó por primera vez a santa Faustina Kowalska el deseo de una fiesta de la Misericordia. Ese mismo día, Nuestro Señor le hizo una promesa solemne, válida para todas las almas peregrinas en la tierra.
Santas Basilisa y Anastasia
Mártires romanas, fueron discípulas de Pedro y Pablo en la época del emperador Nerón.
Santa Liduvina
Fue una mística holandesa que ofreció todos sus sufrimientos a Cristo para la salvación de las almas y que tuvo visiones del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso.
San Martín I
La historia de san Martín I (c. 600-655), venerado como mártir, recuerda qué significa el amor para la verdad, es decir, para Cristo, y como surge a partir de él la lucha contra las herejías.
San José Moscati
«Mi lugar está al lado del enfermo», decía esa lumbrera de la medicina que fue san José Moscati (1880-1927), un modelo para cada médico y cada hombre.
San Estanislao
Juan Pablo II definió al santo que celebramos hoy «patrono del orden moral cristiano».
Lunes del Ángel
Hoy, para la liturgia de la Iglesia, es, en el sentido propio, el lunes de la Octava de Pascua. Pero a este día, en Italia, se le llama más comúnmente “Lunes del Ángel” y se asocia, por tradición, con el recuerdo del anuncio, por parte del Ángel, de la Resurrección de Jesús.
Pascua de Resurrección
El dolor experimentado por Jesús en el día de su muerte en la cruz, que los fieles de todos los tiempos reviven, adquiere significado a la luz de la Resurrección, la prueba suprema de su divinidad y de sus palabras eternas: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida».
Sábado Santo
El Sábado Santo es un día llamado alitúrgico porque la Iglesia no celebra la Eucaristía. Los fieles están llamados a revivir en silencio y meditar sobre el misterio de Cristo en el sepulcro y sobre su descenso a los infiernos, en el alma y en la divinidad, para anunciar la salvación a los justos.