San Juan de Matera
Cuando aún era joven, deseoso de consagrar enteramente su vida a Dios, Juan se alejó en secreto de su familia
En el Gargano, a menos de diez kilómetros del santuario de San Miguel Arcángel, surge la abadía de Santa María de Pulsano, que fue sede de la Congregación de los Eremitas de Pulsano, fundada en el siglo XII por san Juan de Matera (c. 1070-1139).
Cuando aún era joven, deseoso de consagrar enteramente su vida a Dios, Juan se alejó en secreto de su familia. Pidió hospitalidad en un monasterio basiliano en el islote de San Pedro (frente a Taranto), ocupándose del pastar las ovejas y practicando un rigurosos ascetismo. Por algunas incomprensiones con los monjes, dejó el islote. Vivió un par de años en Calabria y Sicilia, llevando una vida de soledad y renuncias.
En su continuo peregrinar se acercó de nuevo a su lugar natal, permaneciendo alcun tiempo en Ginosa, en el confín con la región de Basilicata, donde fundó una pequeña comunidad monástica. Pero sufrió las persecuciones de un conde, que lo hizo encarcelar por codicia. Tras haberse liberado milagrosamente de las cadenas, Juan vagó durante algunos meses por el sur hasta llegar a Capua. Aquí, según una Vita escrita pocos años después de su muerte, una revelación divina lo empujó a volver a la Apulia, porque era en esa región en la que Dios lo llamaba a reconducir y llevar por el buen camino a muchas almas (multum populum utriusque sexus) que corrían el riesgo de perderse, tanto hombres como mujeres.
Entre las varias etapas de su predicación estuvo Bari, donde estuvo activo hacia el 1127-1128. Más tarde se trasladó cerca del Monte Sant’Angelo, sede de la gruta de san Miguel Arcángel, objeto de las revelaciones del final del siglo V a san Lorenzo Maiorano. Fue en estos lugares en los que Juan, inspirado por dos figuras celestiales (identificables como la Virgen y el mismo san Miguel, elegidos como protectores de la naciente comunidad), fundó alrededor de 1130 su congregación. Atraídos por su fama de santidad, los monjes de Pulsano - que seguían la Regla benedictina con una decisiva recuperación del trabajo manual - pasaron en pocos meses de seis a cincuenta.
Juan murió en Foggia el 20 de junio de 1139. Fue proclamado santo en 1177 por Alejandro III. Cerca de su casa natal, en el centro histórico de Matera, surge la iglesia rupestre del Viejo Purgatorio.