San Gregorio Magno
En los catorce años de su pontificado obró una profunda reforma moral de la Iglesia. Incluido entre los primeros cuatro Doctores de la Iglesia, recomendaba acercarse a las Sagradas Escrituras, no por querer dominarlas, sino como nutrición del espíritu, uniendo el estudio a la oración.
San Elpidio abad
Su nombre deriva del griego Elpidios (de elpis, «esperanza») y puede ser traducido como «lleno de esperanza»...
San Gil
Se le invoca para múltiples necesidades, entre las cuales una buena confesión
San Ramón Nonato
Vistió el hábito de los mercedarios, es decir, de esos religiosos que profesaban un cuarto voto - llamado «de redención» - y se comprometían a liberar a los cristianos a los que los musulmanes convertían en esclavos
Santa Margarita Ward
Llamada «la perla de Tyburn», custodió la fe católica como su tesoro más valioso. Sufrió el martirio cerca de la actual Marble Arch, durante las persecuciones de Isabel I Tudor
Martirio de san Juan Bautista
Ofreció su vida para prevenir a los hombres, hasta el final, sobre la realidad del pecado y para testimoniar la Verdad hecha carne
San Agustín
Explicó que fe y razón son «las dos fuerzas que nos llevan al conocimiento» y resumió su pensamiento en dos fórmulas célebres: «Creer para comprender» (Crede ut intelligas), porque el acto de fe ilumina el camino del hombre en su búsqueda de la verdad; y, a la vez, «comprender para creer» (Intellige ut credas)
Santa Mónica
Modelo ejemplar de esposa y madre, santa Mónica nos recuerda con fuerza el sentido de nuestra vida aquí. Es patrona de mujeres casadas, madres, viudas
San Alejandro
Está considerado tradicionalmente el abanderado de la Legión Tebana y uno de los soldados cristianos que sufrió el martirio durante las persecuciones de Diocleciano y Maximiano
San Luis de Francia
Sus contemporáneos le definieron «el rey devoto» y ha pasado a la historia como un soberano justo
San Bartolomé
El evangelista Juan nos ofrece un retrato fascinante de su figura, llamando a Bartolomé con el nombre con el que la tradición lo ha identificado: Natanael, en hebreo «Dios ha dado» o, también, «don de Dios»
Santa Rosa de Lima
La primera americana en ser canonizada, santa Rosa de Lima (1586-1617), fue una mística llena de innumerables dones celestes que ofreció toda su vida en oblación a Dios por la salvación de las almas y la conversión de los pueblos del Nuevo Mundo