Conmemoración de todos los fieles difuntos
La Iglesia conmemora hoy a todos los fieles difuntos, es decir, a aquellos que han muerto en gracia de Dios. En su favor estamos llamados a ofrecer Misas, limosnas, obras de penitencia y oraciones.
Todos los Santos
La fiesta de Todos los Santos tiene origen en los primerísimos siglos del cristianismo y en la costumbre de los fieles de conmemorar la muerte de los mártires en los lugares del martirio. Desde al menos el siglo IV, se había establecido el uso entre diócesis cercanas de intercambiarse las reliquias de los mártires y poner en común las fiestas
Santa María de la Purísima de la Cruz
Hizo su Primera Comunión a los seis años. «En la casa de Dios no hay tareas más humildes que otras, todas son elevadas», se decía a sí misma y a sus hermanas de la Compañía de la Cruz. Durante casi 22 años, hasta su muerte, fue la Madre general de la congregación
San Germán de Capua
Se dedicó a una intensa vida espiritual a través de la oración, la penitencia y la lectura de escritos cristianos. El papa Hormisdas lo eligió para guiar la delegación que en el año 519 partió hacia Constantinopla para resolver el llamado cisma acaciano
San Cayetano Errico
En la homilía de beatificación Juan Pablo II lo definió «verdadero mártir del confesionario». A la gran atención que prestaba al sacramento de la Confesión unía la atención a los pobres, enfermos, encarcelados. Alimentaba su alma permaneciendo largo tiempo arrodillado ante el Santísimo Sacramento
Santos Simón y Judas
La Iglesia recuerda en el mismo día a los santos Judas Tadeo y Simón el Zelote, llamado también el Cananeo. Según diversas fuentes antiguas, sufrieron juntos el martirio en Persia
San Evaristo
Según el Liber Pontificalis, Evaristo era de nacionalidad griega y su padre era originario de Belén. En el documento se dice también que el santo ordenó a siete diáconos, fue el primero en atribuir los tituli a los presbíteros y sufrió el martirio
San Ceda
Fundador de iglesias y monasterios, san Ceda (†664) llevó a cabo una obra fundamental en el complejo cuadro histórico y religioso de la Britania del siglo VII
San Gaudencio de Brescia
Su doctrina cristalina y sencilla se difundió por el mundo cristiano, hasta el punto que fue animado para que escribiera
San Antonio María Claret
Junto a la intercesión de la Virgen y de los otros santos, recordaba siempre pedir la protección angélica. Para aumentar los frutos de la predicación, y consciente de la necesidad de una buena prensa católica, fundó la Librería Religiosa. El 16 de julio de 1849, con otros cinco compañeros, fundó los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María
San Juan de Capistrano
Fue amigo de san Bernardino de Siena y le apoyó tanto en la devoción al Santísimo Nombre de Jesús como en la reforma de la Observancia franciscana. Es conocido también por su papel en el asedio de Belgrado, en defensa de una cristiandad ya angustiada por la toma musulmana de Constantinopla
San Juan Pablo II
«El don más grande que mi Corazón Inmaculado ha obtenido del Corazón de Jesús», dijo la Virgen sobre san Juan Pablo II en una de las apariciones de Civitavecchia. Ese mensaje es una síntesis admirable de la vida de Karol Wojtyla