San José Cafasso
Fue uno de esos gigantes de la santidad que iluminó la Turín del siglo XIX, llena de problemas sociales, esforzándose por hacer todo “lo que pueda contribuir a mayor gloria de Dios y provecho de las almas”.
Corpus Christi
La solemnidad del Corpus Christi se celebró por primera vez en 1247.
San Luis Gonzaga
Su ardiente propósito de hacer la voluntad del Señor se fortaleció después de la Primera Comunión, que recibió de las manos de san Carlos Borromeo.
San Juan de Matera
Cuando aún era joven, deseoso de consagrar enteramente su vida a Dios, Juan se alejó en secreto de su familia.
San Romualdo
Fundador de los Camaldulenses, su principal aspiración fue la búsqueda de Dios.
San Gregorio Barbarigo
Juan XXIII, en la homilía de la canonización, definió a san Gregorio Barbarigo como “el más grande imitador de san Carlos”.
San Raniero
Nació en Pisa, la ciudad de la que es patrón, de una familia de comerciantes. A pesar de los esfuerzos de sus padres para darle una educación cristiana, pasó su primera juventud de fiesta con sus amigos, ignorando los reclamos de la familia...
Santa Lutgarda
Célebre por sus dones místicos, la belga santa Lutgarda (1182-1246) fue precursora de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Santísima Trinidad
Fides omnium christianorum in Trinitate consistit, «la fe de todos los cristianos se fundamenta en la Trinidad», enseñaba san Agustín sobre el misterio más grande que pueda existir.
San Eliseo
Siguió la misión de Elías en una época dramática para Israel, marcada por las continuas infidelidades a la Alianza por parte del rey y del pueblo.
San Antonio de Padua
Combinó el anuncio firme de la verdad con la dulzura de ánimo y fue llamado “el martillo de los herejes”.
San Gaspar Bertoni
Se ocupó de educar a los jóvenes para que conocieran a Jesús, enseñándoles a dar gracias al Señor tanto en sus alegrías como en sus pruebas.











