San Ireneo de Lyon
Discípulo de san Policarpo, que a su vez fue discípulo de san Juan Evangelista, fue el primer teólogo que vivió después de la era apostólica y que realizó una síntesis orgánica del cristianismo
San Cirilo de Alejandría
Fue llamado «sello de los Padres» por su forma de exponer la doctrina de la Encarnación y de defender la ortodoxia
San Josemaría Escrivá
«O sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca», decía san Josemaría Escrivá
San Guillermo de Vercelli
Es conocido por fundar diversos monasterios en el sur de Italia, entre los cuales el más famoso es el de Montevergine
Natividad de san Juan Bautista
El nacimiento del Precursor, que la tradición fija en Ain Karem, es la primera señal pública del comienzo de los tiempos mesiánicos
San José Cafasso
Fue uno de esos gigantes de la santidad que iluminó la Turín del siglo XIX, llena de problemas sociales, esforzándose por hacer todo “lo que pueda contribuir a mayor gloria de Dios y provecho de las almas”
Santo Tomás Moro
Cuando Juan Pablo II proclamó a santo Tomás Moro (1478-1535) patrono de los gobernantes y de los políticos, elogió “su pasión por la verdad”
San Luis Gonzaga
Su ardiente propósito de hacer la voluntad del Señor se fortaleció después de la Primera Comunión, que recibió de las manos de san Carlos Borromeo
San Juan de Matera
Cuando aún era joven, deseoso de consagrar enteramente su vida a Dios, Juan se alejó en secreto de su familia
San Romualdo
Fundador de los Camaldulenses, su principal aspiración fue la búsqueda de Dios
San Gregorio Barbarigo
Juan XXIII, en la homilía de la canonización, definió a san Gregorio Barbarigo como “el más grande imitador de san Carlos”
San Raniero
Nació en Pisa, la ciudad de la que es patrón, de una familia de comerciantes. A pesar de los esfuerzos de sus padres para darle una educación cristiana, pasó su primera juventud de fiesta con sus amigos, ignorando los reclamos de la familia...