San Mauro
Junto a san Plácido, fue el discípulo más célebre de san Benito de Nursia. En su honor surgió la Congregación de San Mauro: sus miembros, llamados «mauristas», se distinguieron por su erudición y dieron una gran contribución a la cultura histórica y filológica, así como al estudio de la patrística. La congregación fue suprimida por los partidarios de la Revolución francesa
San Félix de Nola
Tras la muerte de su padre, había vendido gran parte de sus bienes y había distribuido el dinero conseguido por la venta entre los pobres, consagrándose a Cristo como sacerdote
San Hilario de Poitiers
Ha sido llamado el Atanasio de Occidente porque consagró toda su vida religiosa a la defensa de Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, enfrentándose al arrianismo, que negaba la divinidad del Hijo. Fue proclamado Doctor de la Iglesia en 1851 por Pío IX
Santa Margarita Bourgeoys
Su historia es una muestra de la impronta católica (hoy renegada por el laicismo) que los misioneros dejaron en Canadá. Margarita se ocupó de los niños, enfermos y soldados. Junto a sus discípulas se ocupó de las hijas de los colonos franceses y de los nativos, todas ellas valiosas «gotas de sangre de Nuestro Señor»
San Higinio
Según la tradición se debe a él la institución de la figura del padrino y la madrina en el Bautismo
Bautismo de Jesús
El Bautismo en el Jordán es otra epifanía porque Jesús se manifiesta como el Mesías esperado e Hijo de Dios, Uno y Trino, glorificado por el Espíritu Santo que desciende como una paloma y «permaneció» sobre Él (Jn 1, 32-33) y por el Padre que da testimonio de Él
San Marcelino de Ancona
En sus Diálogos, san Gregorio Magno (540-604) lo define un «hombre de virtudes venerables», y recuerda el milagro en el que apaga un incendio que está asolando la ciudad de Ancona
San Severino abad
Si en los confines del Imperio romano hubiera habido alguien con sus carismas, tal vez la historia hubiera sido distinta...
San Raimundo de Peñafort
Fue el tercer maestro general de la Orden dominicana. Su fama de jurista y teólogo, como también de hombre de oración, impulsó a Gregorio IX a confiarle importantes responsabilidades, entre las cuales la de recoger y ordenar todas las decretales. El trabajo meticuloso de Raimundo confluyó en el Liber Extra
Epifanía del Señor
Después de que los hijos más humildes del pueblo elegido, los pastores, alabaran a Dios al ver al Niño Jesús en el pesebre, el Salvador «empezó a darse a conocer a los paganos» (san Agustín) con su manifestación, Epifanía, a los Magos venidos de Oriente
San Eduardo el Confesor
Antes de ser coronado rey de Inglaterra, san Eduardo el Confesor (1003-1066) había vivido gran parte de su vida en exilio. Fue precisamente durante este exilio cuando Eduardo maduró una gran fe y la capacidad de aceptar las tribulaciones...
Santa Ángela de Foligno
La primera enseñanza que nos deja esta gran mística es la importancia de una confesión bien hecha, fuente de regeneración para cada cristiano, y que marcó el inicio de su conversión