Dios Padre, la paternidad que necesita el mundo
Desde el principio, el Maligno ha tratado de desacreditar la paternidad de Dios sembrando la sospecha en el corazón de los hombres. Lo mismo hace hoy, tratando de desfigurar el rostro de la paternidad en la sociedad. La necesidad de volver al Padre, el Amor que no defrauda.
Los educadores tienen un modelo seguro: San José
También Jesús, por razón de la naturaleza humana unida a la naturaleza divina, necesitó ser educado. Bajo la dirección de María y José, el Hijo de Dios hecho hombre pudo crecer “en sabiduría, en edad y en gracia”. En particular, san José debió cumplir con los deberes propios del padre, como instruirlo en la Ley y en una profesión e insertarlo en la vida social. Así, él y la Virgen emergen como “modelos de todos los educadores” (san Juan Pablo II).
San José, el padre a imitar
La mayor gloria de san José reside en haber servido “directamente a la persona y la misión de Jesús mediante el ejercicio de su paternidad”, como enseña la Redemptoris Custos. El esposo de María cumplió su papel paterno con un objetivo: hacer la voluntad del Padre celestial. Por eso los padres de todos los tiempos tienen en él, maestro de la vida interior, el modelo más grande.