San Columbano por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Sólo si cedemos a la tentación

Temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna. (Mt 10, 28)

No les tengáis miedo, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna. ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones. A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos. (Mt 10, 26-33)


Quien quiere pecar, lo hace en las tinieblas o en el engaño. Los discípulos fieles de Jesús, viceversa, no deben temer anunciar el Reino de los Cielos. El miedo que paraliza es de quien no se fía de Jesús; como sus discípulos, nosotros sólo deberíamos temer a aquel que pueda conducir a nuestra alma hacia la muerte: en primer lugar, a nosotros mismos y nuestras ambiciones y, después, al demonio, que puede hacer que nos condenemos sólo si cedemos a la tentación. Huyamos con determinación de las tentaciones del demonio para anunciar la Palabra de Dios sin temor.