Santa Isabel de Portugal por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Sin pretender

Maestro, queremos ver un milagro tuyo. (Mt 12, 38)

Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos ver un milagro tuyo». Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pues no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo: pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón». (Mt 12, 38-42)


Para algunos contemporáneos de Jesús, entre ellos algunos escribas y fariseos, el contenido de su anuncio no es suficiente para creer y le piden que lo confirme con milagros. Otros, en cambio, habiendo obtenido las señales, rechazan todo aquello que ha sido predicado por Jesús. En cada uno de los casos falta la disponibilidad de escuchar y ver porque, en realidad, con respecto a Jesús, estos ya habían decidido en base al prejuicio. Esta actitud es muy peligrosa para la salvación eterna porque la arrogancia impide alcanzarla. Y nosotros, ¿estamos preparados, hoy, para creer en las enseñanzas de Jesús, sin pretender que sabemos más que Él?