Sin prejuicios
Los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen. (Lc 8,21)
Vinieron a él su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces le avisaron: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte». Él respondió diciéndoles: «Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen». (Lc 8,19-21)
Las almas agradecidas a Jesús no son tanto aquellas que son próximas humanamente a Él (parientes o conciudadanos), sino las que escuchan sin prejuicios el anuncio del Reino de los Cielos, lo meditan en su corazón y obedecen con amor a la voluntad divina. Pidamos al Espíritu Santo sus dones para saber quienes son, más allá de las etiquetas humanas, los pastores buenos que Dios incansablemente sigue enviándonos.