San Patricio
Considerado el fundador del cristianismo en Irlanda y celebrado como su patrono principal, san Patricio desarrolló una obra misionera tan grande que representa un antes y un después en la historia del país
Considerado el fundador del cristianismo en Irlanda y celebrado como su patrono principal, san Patricio desarrolló una obra misionera tan grande que representa un antes y un después en la historia del país, que en poco tiempo se convirtió en la «isla de los santos». De tierra del paganismo celta, cuyo ritos incluían sacrificios humanos, Irlanda vivió una rapidísima difusión del Evangelio e inició a llenarse de iglesias y monasterios, que demostraron ser increíbles centro de espiritualidad y cultura. Se intuye, entonces, por qué el Día de San Patricio es una fiesta de precepto en Irlanda y, al mismo tiempo, fiesta nacional, con un gran número de tradiciones vinculadas a san Patricio (hacia el 387-461), símbolo de la propia identidad irlandesa.
Patricio nació en la Britania romana y era hijo de un decurión y diácono llamado Calpurnio. Por la Confesión -un texto escrito cuando ya era anciano, lleno de referencias bíblicas y con valiosas informaciones sobre su vida- sabemos que creció sin preocuparse por la fe cristiana. Con casi 16 años fue capturado y llevado como esclavo a Irlanda, donde se ocupó, durante seis años, de pacer las ovejas de su amo. La libertad perdida le hizo descubrir la oración y ayudó a su crecimiento espiritual, que culminó en una conversión radical. «El amor de Dios crecía cada vez más», escribió el santo, «y no me apercibía de las dificultades […] porque el Espíritu ardía dentro de mí». Una noche oyó en sueños una voz que le profetizó su próximo retorno a su patria, lo que sucedió poco tiempo después, huyendo por mar.
De nuevo en Britania, con su familia, Patricio siguió profundizando su fe en Cristo. Otra noche vio a «un hombre que parecía venir de Irlanda y que se llamaba Victorico, que llevaba innumerables cartas». El hombre de la visión le entregó una, que llevaba la petición de los irlandeses: «Te rogamos, santo muchacho, ven a vivir entre nosotros». Patricio continuó su formación en la Galia, estudiando sobre todo en Auxerre, donde san Germán le ordenó sacerdote. Cuando estuvo preparado, partió en misión para Irlanda, ayudado por su conocimiento del gaélico y de la cultura tribal de los pueblos de la isla, aprendidos durante el periodo de su esclavitud. La tradición cuenta que cuando volvió a la isla no fue bien recibido por los indígenas, que lo obligaron a desembarcar más al norte.
Los anales irlandeses fechan en el año 432 la vuelta de Patricio a Irlanda, donde el año anterior había desembarcado san Paladio, que según Próspero de Aquitania (hacia 390-463) fue enviado por el papa Celestino como «primer obispo» entre los irlandeses. Los biógrafos de Patricio consideran que Paladio pudo predicar poco tiempo en la isla, porque fue expulsado por el rey de Leinster. Por su parte, Patricio tuvo que enfrentarse a la aversión de los druidas y a la ferocidad de jefes como Corotico, que hizo secuestrar a muchas mujeres bautizadas y matar a muchos cristianos, como refiere su Carta a los soldados de Corotico, en la que define a esos hombres «conciudadanos de los demonios» y «aliados de los Escotos y Pictos apóstatas», exhortándolos a la conversión. A pesar de las dificultades, el santo supo moverse hábilmente en el sistema de clanes, consiguiendo convertir a muchos jefes de tribus y bautizando a «miles de personas».
San Patricio dio a Irlanda una organización eclesiástica, fundó la diócesis de Armagh, de la que fue el primer obispo, y tuvo la gracia de ordenar a muchos sacerdotes locales. Vio florecer innumerables vocaciones a la vida monástica. Según la tradición, enseñó a los irlandeses la doctrina sobre la Santísima Trinidad utilizando el trébol como símbolo de la consubstancialidad entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Se definía «el último entre los fieles» y confió todo su apostolado a la Providencia: «¿Cómo ha podido suceder todo esto en Irlanda? Los que antes no conocían a Dios y servían a ídolos y vilezas semejantes ahora se han convertido en pueblo de Dios y son llamados hijos de Dios».
Patrono de: Irlanda, ingenieros; invocado contra las serpientes y los pecados
Para saber más: Confesión de San Patricio y Lettera ai soldati di Corotico (en italiano)