Cristo Rey por Ermes Dovico

San Juan I

Murió por amor a Cristo y a la Iglesia después de las duras privaciones sufridas en prisión

Santo del día 18_05_2023 Italiano English

Murió por amor a Cristo y a la Iglesia después de las duras privaciones sufridas en prisión. El calvario personal de san Juan I (†526) se consumó en el final de la vida del rey de los Ostrogodos, Teodorico, un seguidor de la herejía del arrianismo.

Originario de la Toscana, había ascendido al trono papal el 13 de agosto del año 523. Sucedió a san Hormisdas, el papa que cuatro años antes había logrado recomponer el cisma acaciano (por el patriarca Acacio, redactor del Henotikon) gracias a la colaboración decisiva del nuevo patriarca de Constantinopla, Juan II de Capadocia, y del nuevo emperador romano de Oriente, Justino.

El mismo Justino promulgó, en el año 523, un edicto contra los arrianos orientales. El emperador ordenó a los herejes que devolvieran a los católicos las iglesias que ocupaban y que abjuraran del arrianismo, bajo pena de exclusión del cargo público. El arriano Teodorico, el segundo de los reyes bárbaros de Italia, sospechaba que el pontífice, los senadores romanos y el emperador bizantino estaban conspirando contra él. Y reaccionó violentamente. En el año 524, sobre la base de acusaciones injustas, hizo encarcelar a uno de sus más ilustres colaboradores, el filósofo Severino Boecio, quien luego sufrió el martirio en prisión. Casi al mismo tiempo, Quinto Aurelio Símaco, un ferviente cristiano, suegro de Boecio, fue ejecutado. En el año 525, Teodorico impuso al papa Juan la obligación de ir a Oriente, a fin de convencer a Justino de que retire sus medidas contra los arrianos, amenazando con una represalia contra los católicos en Occidente.

Cuando el Santo Padre arribó a Constantinopla, la acogida fue triunfante. Quince mil fieles abarrotaron las calles con cruces y velas para saludar su llegada a la ciudad. En el primer encuentro con el papa, Justino se postró y, posteriormente, fue coronado por este. Todos los patriarcas orientales - con la excepción de Timoteo IV de Alejandría - expresaron abiertamente su comunión en la fe con Juan. El 19 de abril del año 526, según el rito latino, el pontífice celebró solemnemente la Misa de Pascua en la Basílica de Santa Sofía. Las fuentes no son muy claras sobre el acuerdo exacto entre Juan y Justino, en relación a los arrianos. Lo que es seguro es que Teodorico no estaba satisfecho con el éxito y, al regreso del papa a Italia, lo encarceló en Ravenna. Aquí Juan fue maltratado y el 18 de mayo, habiendo sido ya probado por el esfuerzo, dio su último respiro terrenal. Cuatro años más tarde, su cuerpo fue trasladado a la Basílica de San Pedro.