Reconocer a los santos entre nosotros
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! (Mt 23,27)
En aquel tiempo, Jesús dijo:
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crueldad.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas”! Con esto atestiguáis en vuestra contra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!».
(San Mateo 23,27-32)
A veces podemos pensar que somos mejores que quienes nos precedieron, como los fariseos que pensaban que no perseguirían a los mensajeros de Dios. Jesús, en cambio, enseña que es importante saber reconocer a los profetas y a los santos en la época en que viven. Para poder identificar a los verdaderos santos entre nosotros hoy en día, debemos conocer la voluntad de Dios y dejarnos moldear por ella mediante un estudio atento de la Palabra de Dios y de las enseñanzas de la Iglesia. Los santos no son seres fuera de nuestro alcance ni personas excepcionales imposibles de imitar: los santos son personas como nosotros, están aquí, entre nosotros. ¿Y tú, sabes reconocer a un santo en la vida cotidiana? ¿Estás preparado para encontrar y acoger la santidad que se manifiesta a tu lado?