San Juan de Ávila por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Pedir siempre ayuda al Señor

Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles. (Mt 6, 7)

Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal”. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas. (Mt 6, 7-15)


Dios no necesita palabras humanas, desea nuestros corazones. La oración constante que nos pide es desearle a Él, sabiendo que como criaturas espirituales podemos negarnos a amarle. De hecho, Él siempre respeta nuestras decisiones porque el amor, en cuanto tal, presupone siempre la libertad. Esforcémonos en reconocernos criaturas que tienen que pedir constantemente ayuda y perdón al Señor, para no ceder a las tentaciones del Maligno.