San Antonio de Padua por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Patrono de la Iglesia Universal

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor. (Mt 1,24a)

Y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor. (Mt 1,16.18-21.24a)


José, a pesar de ser uno de los hombres más santos citados en los evangelios, es seguramente uno de los más silenciosos, ya que de él figuran los pensamientos, los sueños y las inspiraciones divinas, pero no las palabras. Con las palabras los hombres a veces persiguen el bien, pero muy a menudo   hacen el mal, anteponiendo la propia voluntad a la de Dios, mintiéndose a sí mismos y al prójimo. Al ser un justo, José no miente a nadie, ni siquiera en sus pensamientos, y, por tanto, está dispuesto a obedecer a Dios, aceptando cumplir su voluntad en todos los sentidos. Aprovechemos bien este año dedicado a san José para obtener ventajas espirituales de su figura como patrono de la Iglesia Universal, como lo proclamó el beato Pío IX.