"Nicaragua, en donde la pandemia es la persecución de la Iglesia"
Después del atentado a la Catedral, en Nicaragua continúa el odio contra la Iglesia: el Santuario de Santa Rita de Cassia en Teustepe fue atacado. La imagen del santo ha sido destruida. La Bussola entrevistó al Vicario Familia de la arquidiócesis de Managua, Mons. Fonseca: "Aquí hay un ataque frontal del Estado contra la Iglesia, porque el presidente nos ha despotricado, es una guerra abierta contra la Iglesia y da la impresión que el objetivo es acabarla». El llamado a la comunidad internacional: "Los sacerdotes se sienten amenazados, grupos de encapuchados actúan impunes".
Un nuevo atentado se suma a la larga lista de ataques contra la Iglesia católica en Nicaragua. Sujetos desconocidos profanaron la imagen del Santuario de Santa Rita de Cassia en Teustepe: “El día domingo 16 de agosto del corriente año 2020, se encontró que el árbol (que desde hace 250 años sostenía la imagen venerable de Santa Risa en una casita de vidrio) intentaron quemarlo, gracias a Dios solamente se calcinó la parte inferior de éste, posteriormente tomaron la casita que protegía la imagen y fue sacudida de tal manera que la imagen se dañó totalmente”, se lee en el comunicado oficial de la parroquia.
Ya el pasado 31 de julio Nicaragua había sido noticia por el “ataque terrorista” -como fue denominado por el propio episcopado- que sufrió la Catedral de Managua, luego de que un desconocido lanzó una bomba molotov que provocó el incendio que calcinó el sagrario y la imagen de la Sangre de Cristo. Una imagen que este año cumplía 382 años de haber llegado a Managua, había sobrevivido a cuatro terremotos y había sido venerada por San Juan Pablo II en 1996, durante su segunda visita al país centroamericano.
La imagen de la Sangre de Cristo calcinada se ha convertido en un símbolo del sufrimiento del pueblo nicaragüense, que antes de la llegada del Covid19 ya vivía una profunda crisis sociopolítica y económica; provocada por el cruento régimen sandinista de Daniel Ortega, señalado por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por la persistencia de graves abusos desde el año 2018.
“Aquí estamos sobreviviendo a todas las pandemias que tenemos, la política, la sanitaria, la de seguridad y de persecución”, expresó Mons. Silvio Fonseca a la Brújula Cotidiana. Conversamos en exclusiva con el Vicario de Familia de la Arquidiócesis de Managua, para conocer de primera mano cómo vive la Iglesia nicaragüense la violencia que los asecha y que parece no detenerse. “Aquí hay un ataque frontal del Estado contra la iglesia, porque el presidente nos ha despotricado, entonces es una guerra abierta contra la Iglesia y da la impresión que el objetivo es acabarla”, dijo.
El pasado mes de enero denunció que había una persecución sistemática contra la Iglesia (leer aquí). Ahora los ataques son más frecuentes y violentos, ¿cómo vive el clero local esta situación?
Cada día más preocupados porque ahora el régimen está cambiando de estrategia. La policía se ha dedicado a visitar a los sacerdotes del país, asegurándoles protección contra las amenazas que puedan existir contra la Iglesia. Pero todo esto esconde la perversidad, ¡es preocupante! Es un nuevo capítulo que se está abriendo para aparentar que aquí no hay persecución religiosa, cuando es todo lo contrario. Esto ha sido un odio institucionalizado que ha permeado la mentalidad y las acciones de los simpatizantes del partido y, entre ellos, de la policía contra los sacerdotes. De la noche a la mañana, se han dedicado a visitar todos los templos y entre los sacerdotes hay preocupación sobre qué es lo que se esconde detrás de todo esto. No nos van a engañar y estamos viendo hasta dónde puede llegar este operativo de invadir las iglesias, pues al llegar a un sacerdote están invadiendo a una comunidad católica.
¿Qué dice el episcopado?
Como ha sido sorpresivo, vamos a ver cómo se desarrolla esto. Pero las reacciones de los sacerdotes se han hecho sentir porque esto ha sido a nivel nacional, por lo tanto, ha sido planificado. Y esto si es grave para nosotros porque no hemos pedido protección y porque tenemos que proteger a nuestro pueblo, porque detrás de los sacerdotes hay laicos, hay tanta gente que también son perseguidas por su fe y porque apoyan a la iglesia católica. Pero esto del acto terrorista tomó de sorpresa a todo Nicaragua, jamás pensamos hasta dónde podía llegar la perversidad diabólica de ir contra el corazón de los nicaragüenses, el corazón de la fe, de la religión y de la cultura. El atentado fue detenidamente planificado y, tal vez ingenuamente, no pensamos que se pudiera llegar a esto, estamos horrorizados.
¿Temen que las agresiones puedan llegar a ser incluso físicas?
No tenemos dudas, porque ellos manejan sus bases y esos grupos no actúan solos. Entonces los operadores (aquí les llaman operadores) son los que siguen las directrices de los que los mandan, de la dictadura, que hoy dicen haz esto. Así están las cosas en Nicaragua.
¿Cuándo me habla de estos grupos a que grupos se refiere?
Son gente que están en el anonimato, que se presentan en grupos, a veces encapuchados, no dan el rostro, porque son grupos que están entrenados para hacer este tipo de males y agresiones físicas. Entonces, obviamente los que los mandan nunca van a aparecer y van a quedar en impunidad. Cuando sucede algo demasiado evidente escriben el informe de la policía como pasó en la Sangre de Cristo y luego las cosas siguen iguales. De manera, que ya nosotros sabemos que estamos desprotegidos, porque esos grupos están protegidos por todo lo que hacen.
Usted también dirige el periódico Voz Católica, a las dictaduras tampoco les gusta los medios de comunicación libres, ¿está en riesgo su continuidad?
A través de Voz Católica llega la verdad de la Iglesia y de Nicaragua al pueblo, por eso la gente aprecia el periódico tanto para alimentar la fe, la espiritualidad, como para conocer lo que sucede en el país. Pero con esta situación económica estamos en peligro de suspensión, porque la gente no está asistiendo a las misas por la pandemia. Por eso tenemos que hacer un SOS a las organizaciones internacionales, a las personas que apoyan a los medios de comunicación católicos para poder sobrevivir. Quien desee colaborar puede escribirme a mi correo electrónico padresilviofonseca@yahoo.com
¿Qué le dice a la comunidad internacional?
Nicaragua es un pueblo que sufre día a día, porque nosotros queremos la democracia, que el país elija a sus gobernantes en elecciones libres y transparentes. La mayoría en Nicaragua es católica y queremos un cambio sin violencia, sin embargo, existe una represión permanente, el país está militarizado. Hay un pueblo que está sufriendo terriblemente y les pedimos a la comunidad internacional que al menos se hagan eco de lo que está pasando en el país.