San Columbano por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Misericordia y Providencia

Al que venga a mí no lo echaré afuera. (Jn 6,37)

«Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día». (Jn 6,37-40)


¿Cuál es el momento de pedir perdón a Jesús? ¿Cuándo debemos dejarnos guiar por la Providencia de Dios? En ambos casos la respuesta es: ¡ahora! El pasado, de hecho, ya no lo podemos cambiar y es por esto que lo confiamos a la Misericordia de Dios. Por otra parte, el futuro no está bajo nuestro control ya que no somos capaces de saber ni siquiera si estaremos todavía vivos dentro de unos minutos. He aquí por qué hay que confiar el futuro a la Providencia de Dios. Y recordemos siempre que Jesús llama a la puerta de nuestro corazón. Reside en nosotros la decisión de abrirla o no. Evidentemente, nuestro constante rechazo nos llevará al Infierno, porque Dios respeta siempre nuestras decisiones.