Cristo Rey por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Los mandamientos del Estado

Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres. (Mc 7,8)

Se reunieron junto a él los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas). Y los fariseos y los escribas le preguntaron: «¿Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con manos impuras?». Él les contestó: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos”. Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres». Y añadió: «Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre” y “el que maldiga a su padre o a su madre es reo de muerte”. Pero vosotros decís: “Si uno le dice al padre o a la madre: los bienes con que podría ayudarte son corbán, es decir, ofrenda sagrada”, ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre; invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os transmitís; y hacéis otras muchas cosas semejantes».  (Mc 7,1-13)

 

Los actos cotidianos de higiene tienen que cumplirse por respeto a uno mismo y a los demás, empezando con aquellos que están más cerca de nosotros humana y físicamente. Y pueden ser considerados, en cierta medida, expresiones de amor, ya que Dios nos dice que amemos a nuestro prójimos como a nosotros mismos, ni más ni menos. Pero si esos actos se viven para sentirnos iguales a Dios, entonces nos alejan de Él, porque hacen que nos sintamos, de forma ilusoria, perfectos. En estos tiempos parece que los diez mandamientos hayan sido sustituidos por los mandamientos del Estado que están encaminados, todos ellos, a la higiene y la salud: ponerse la mascarilla, lavarse las manos, etc. Parecen las prescripciones rituales de los fariseos del tiempo de Jesús. Actualmente, muchos están convencidos de que no obedecer a estos nuevos mandamientos es más grave que violar los mandamientos de Dios. Y dado que no puede haber dos amos… decidimos a quién queremos servir y qué mandamientos obedecer. Como Josué, también nosotros estamos llamadas a afirmar solennemente: “Yo y mi casa, serviremos al Señor”.