Santa Cecilia por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Los exorcistas combaten eficazmente a los demonios

Por vuestra poca fe. (Mt 17, 20)

Cuando volvieron adonde estaba la gente, se acercó a Jesús un hombre que, de rodillas, le dijo: «Señor, ten compasión de mi hijo que es lunático y sufre mucho: muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos y no han sido capaces de curarlo». Jesús tomó la palabra y dijo: «¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros, hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo». Jesús increpó al demonio y salió; en aquel momento se curó el niño. Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: «¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?». Les contestó: «Por vuestra poca fe. En verdad os digo que, si tuvierais fe como un grano de mostaza, le diríais a aquel monte: “Trasládate desde ahí hasta aquí”, y se trasladaría. Nada os sería imposible». (Mt 17, 14-20)


Como en todos los demás ámbitos, es necesario que los discípulos actúen no solo en el Santísimo Nombre de Jesús, sino también con plena fe en Él. Los demonios son criaturas angélicas, aunque caídas, mucho más poderosas que los hombres. Por esto nosotros no podremos someterlos nunca solo con nuestras fuerzas. No se puede negociar con el Diablo, como bien sabe Eva, que intentó un diálogo con él, que acabó siendo engañada y herida. Los apóstoles se preguntan cómo es posible que no hayan podido expulsar al demonio. El motivo, que el mismo Jesús explica, es la poca fe que ellos tienen en Él. Recemos al Señor para que la fe no abandone nunca a esos sacerdotes que ejercen la difícil tarea de exorcistas, también hoy muy necesaria en la vida de la Iglesia y de sus fieles.