Cristo Rey por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

La fe que salva

Se transfiguró delante de ellos. (Mc 9,2)

Seis días más tarde Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, sube aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía qué decir, pues estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo». De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos. (Mc 9,2-10)


Durante la transfiguración Pedro, Santiago y Juan son los primeros hombres que ven cómo será Jesús tras su resurrección. Sin embargo, los apóstoles en ese momento tienen más preguntas que certezas. A pesar de esto, siguen fielmente a Jesús porque desean, más que nada, amarlo. Esta fe les salvará. No debemos hacer vana la fe testimoniada por los apóstoles, por sus sucesores y por aquellos que nos la han enseñado.