Cristo Rey por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

La comunión a los divorciados que se han vuelto a casar

Qué estrecha es la puerta. (Mt 7,14)

«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros. Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas. Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos». (Mt 7,6. 12-14)


Jesús nos pide ser vigilantes y prestar atención a custodiar las cosas santas, sobre todos los sacramentos. Se exige esta actitud de nosotros tanto por amor a Dios como para no dar ocasión de confusión, como si algunos comportamientos no fueran pecado. Por ejemplo, dar la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar sería un grave escándalo para quien conoce su situación y pondría en duda tres sacramentos. De hecho, parecería que para la confesión no es necesario el arrepentimiento, para la comunión el estar en gracia de Dios y que el matrimonio no es indisoluble.