Santa Rosa Venerini por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Fe y amistad

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. (Jn 15, 13)

Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros. (Jn 15, 12-17)


Con la Encarnación, Jesús compartió, salvo en el pecado, la naturaleza humana, incluidos los sufrimientos y la muerte. Dios se convirtió así en un amigo con el cual caminar y en el que confiar. La conciencia de este infinito amor y del precio que tuvo para Jesús, que tuvo que soportar incluso la muerte en la cruz, debería ser suficiente para merecer nuestra fe y amistad incondicional y agradecida. Pero, ¿de verdad es así?