¿Dónde buscar la seguridad?
El que coma de este pan vivirá para siempre. (Jn 6,51)
Los judíos murmuraban de él porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían: «¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?». Jesús tomó la palabra y les dijo: «No critiquéis. Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo» (Jn 6,41-51)
Si la seguridad se basa solo en la disponibilidad de los bienes materiales, como por ejemplo la comida, nuestras esperanzas o miedos se centrarán en ellos, confiriéndoles un valor superior al que en realidad tienen. Si en cambio nuestra seguridad se basa en confiar en Dios, incluso los bienes materiales volverían a conquistar su justa prioridad y valor. Por último, recuerda que no debes recibir la Comunión en estado de pecado mortal para evitar comer tu condena a muerte.