Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán
Su denominación completa es «Archibasílica Papal del Santísimo Salvador y de los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista en Letrán». Como catedral de Roma, en esta basílica se celebra la toma de posesión del papa en la Cathedra romana como sucesor de Pedro y, por tanto, pastor en la tierra de la Iglesia universal.
Es la basílica más antigua de Occidente y, sobre todo, al ser la catedral de Roma, la más importante de toda la cristiandad. Esto es evidente por el título con el que se la honra y que resume muy bien el motivo de la conmemoración de hoy: Omnium Urbis et Orbis Ecclesiarum Mater et Caput, Madre y Cabeza de todas las iglesias de Roma y del mundo.
Su denominación completa es «Archibasílica Papal del Santísimo Salvador y de los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista en Letrán». La dedicación oficial al Santísimo Salvador se remonta a san Silvestre I (pontífice del 314 al 335), mientras que la fundación de la basilica tuvo lugar probablemente bajo el pontificado de su predecesor, san Milciades (311-314), al que Constantino le regaló un terreno como signo de gratitud a Dios por su victoria en la batalla de Puente Milvio del año 312, que estuvo precedida por la visión de la Cruz y del célebre lema: In hoc signo vinces (traducción latina de la correspondiente expresión griega que se le apareció al emperador), «con este signo vencerás». A partir del pontificado de san Gregorio Magno la dedicación se amplió a los santos Juan Bautista y Juan Evangelista y se convirtió en definitiva en el siglo XII.
La consagración de la basílica en el siglo IV llegó en una fase histórica crucial para el cristianismo, marcada por los edictos de los años 311 y 313. Era la época del final de las persecuciones que, hasta ese momento, alternadas con otros hechos, habían obligado a los cristianos a reunirse sobre todo en las casas privadas para la celebración de la Eucaristía. Con la libertad de culto surgieron muchas iglesias. A partir de ese momento, el Patriarchio Costantiniano (el actual Palacio del Laterano), adyacente a la basílica, se convirtió en la residencia de los pontífices y como tal permaneció de manera interrumpida hasta inicios del siglo XIV, cuando se trasladó el papado a Aviñón. La antigua basílica fundada en los tiempos de Constantino ha sido reconstruida en diversas ocasiones. Entre sus muros se llevaron a cabo cinco concilios ecuménicos, del Lateranense I del 1123 al Lateranense V del 1512-1517.
Como catedral de Roma, en esta basílica se celebra la toma de posesión del papa en la Cathedra romana como sucesor de Pedro y, por tanto, pastor en la tierra de la Iglesia universal. «Esta es la tarea de todos los sucesores de Pedro: ser el guía en la profesión de fe en Cristo, el Hijo de Dios vivo. La cátedra de Roma es, ante todo, cátedra de este credo», recordó Benedicto XVI en el día de su toma de posesión. «Aquel que se sienta en la cátedra de Pedro debe recordar las palabras que el Señor dijo a Simón Pedro en la hora de la última Cena: “Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos” (Lc 22, 32). Aquel que es titular del ministerio petrino debe tener conciencia de que es un hombre frágil y débil, como son frágiles y débiles sus fuerzas, y necesita constantemente purificación y conversión. Pero debe tener también conciencia de que del Señor le viene la fuerza para confirmar a sus hermanos en la fe y mantenerlos unidos en la confesión de Cristo crucificado y resucitado» (Ibídem).
Para saber más:
Breve historia sobre la Basílica de San Juan de Letrán
Homilía del papa Benedicto XVI en la Misa de toma de posesión de su Cátedra (7 de mayo de 2005)