Amar a Dios, al prójimo y a nosotros mismos
Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley? (Mt 22,36)
Los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?». Él le dijo: «“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas». (Mt 22,34-40)
El corazón de la ley es el amor a Dios, que se expresa consecuentemente con el amor al prójimo y a nosotros mismos. Todos los demás preceptos son relativos, es decir, deben conducir a ser expresión y testimonio de nuestro amor por Dios, sino acabaremos creyendo ser iguales a Dios, pensaremos que no tenemos deudas con Él. Combatamos la soberbia que albergamos en nuestro interior porque mata al amor y la posibilidad de ser salvados por Dios.