Santa Inés de Montepulciano por Ermes Dovico
FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Una ayuda concreta

Es semejante a un grano de mostaza. (Lc 13,19)

Decía, pues: «¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas». Y dijo de nuevo: «¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».  (Lc 13,18-21)

 

Jesús nos aconseja no descuidar las pequeñas cosas de la vida cotidiana: una breve oración, una ayuda concreta, una palabra de consuelo cada día por la gloria de Dios podrían un día convertirse en algo grande, ya en esta tierra. Ciertamente, todo lo que hacemos por la Gloria de Dios se convertirá en algo muy importante cuando nuestra fe sea juzgada en el más allá y, además, nos preparará para afrontar las grandes pruebas de la vida. Entonces, ¿por qué seguimos quejándonos cuando lo que tenemos que hacer son pequeñas acciones cotidianas y repetitivas que nuestro estado de madre, marido, hijo, trabajador, estudiante nos requiere? Si se hacen por amor a Dios, se convertirán en la puerta para la alegría del más allá.