Cristo Rey por Ermes Dovico

FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Última oportunidad

Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca. (Jn 15,6)

«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos». (Jn 15,1-8)


Todos los hombres están llamados a la felicidad eterna; sin embargo, no todos serán los elegidos. Quienes, como criaturas, usan mal la propia libertad y no cultivan el propio sarmiento de vid siguiendo las enseñanzas de Cristo y los sacramentos, se condenan a sí mismos a ser eliminados de la Iglesia y, por ende, de la felicidad eterna. Recemos por quienes están alejados de Jesús para que se conviertan y se salven, al menos en el último instante de su vida.