Todos esperan a Jesús

Y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».  (Mc 16,15-18)

El hecho de que Jesús envíe en misión a los apóstoles hace del cristianismo una religión fundamentalmente misionera, con la enseñanza y el testimonio de una vida coherente con el Evangelio. La misma palabra “Misa” indica el envío a misión, al final de la misma, hacia los otros hombres. Por eso, el verdadero cristiano no puede prescindir de la Misa, ni de la misión, con la cual es llamado a amar a los demás hermanos y a los demás hombres. Recordemos que para ser testimonios creíbles, primero hace falta estar convencidos de que todos los hombres del mundo esperan, a lo mejor sin ser conscientes, el anuncio de la Palabra de Jesús y el Bautismo para encontrar el camino de Salvación.