San Pascasio Radberto por Ermes Dovico
FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Soberbio, rico y poderoso

Derriba del trono a los poderosos. (Lc 1,52)

En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá». María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre». María se quedó con ella unos tres meses y volvió a su casa.  (Lc 1,39-56)

 

El Magnificat es un anticipo del evangelio de las bienaventuranzas que, más tarde, Jesús anunciará públicamente. De hecho, tanto en el Magnificat como en las bienaventuranzas encontramos que se ha derribado la lógica del pensamiento humano, contagiada por el pecado original. Se advierte a los ricos y los poderosos, elogiados, reverenciados y envidiados por los hombres, que estas condiciones no durarán para siempre. Sus privilegios terminan con su muerte, si no antes. Y tú, hoy, ¿quién quieres ser? ¿Soberbio, rico y poderoso o humilde, pobre y necesitado de la ayuda de Dios? Demuéstralo con una oración espontánea.