La sabiduría de los que confían en Jesús
¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra (Mt 11, 25)
Un castigo anunciado
¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! (Mt 11, 21)
No vino a quitar, sino a dar
Recibirá cien veces más y heredará la vida eterna (Mt 19, 29)
Tu prójimo
El doctor de la ley, para justificarse, le preguntó a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?" (Lc 10, 29)
Alma y cuerpo
Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo (Mt 10, 28)
Misión posible
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que no alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el Hijo del hombre (Mt 10, 23)
Que haya paz en esta casa
Y si no los reciben o no escuchan sus palabras, al salir de aquella casa o de aquella ciudad, sacúdanse el polvo de los pies (Mt 10, 14)
Los doce
Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos (Mt 10, 7)
Nunca se había visto nada semejante en Israel
Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas
Con sólo tocar su manto
Hija, ten confianza; tu fe te ha curado (Mt 9, 22)
La última meta
Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo (Lc 10, 20)
Renovarse
Nadie remienda un vestido viejo con un parche de tela nueva, porque el remiendo nuevo encoge, rompe la tela vieja y así se hace luego más grande la rotura (Mt 9, 16)