San Jerónimo por Ermes Dovico
EL MAL RAMPANTE

Satanás reina: el hilo conductor desde el asesinato de Kirk hasta el Orgullo Brianza

Aunque diferentes en forma y sustancia, el asesinato del fundador de Turning Point USA y el Orgullo Gay del sábado pasado en Arcore, Italia, con la blasfema “Via Frocis” y el rechazo a Dios, son expresiones del mismo mal. Hoy hablamos de la llamada de la Virgen de Medjugorje, la batalla espiritual y nuestra tarea.

Ecclesia 30_09_2025 Italiano

El asesinato de Charlie Kirk puede relacionarse con el Orgullo Gay de Brianza celebrado el sábado 27 de septiembre en Arcore (Italia) con un denominador común: en ambos casos se trata de expresiones —por muy diferentes que sean en forma y sustancia— del mismo mal. Hasta tal punto que nos recuerda lo que la Virgen María afirmó en el mensaje de Medjugorje del 25 de marzo de 2020: “Satanás reina”.

Charlie Kirk (1993-2025), casado y padre de dos hijos de 1 y 3 años, comprometido con la defensa de la fe y los valores cristianos, en particular la vida y la libertad de educación, ha sido asesinado de un disparo durante uno de los muchos debates públicos que, a lo largo de los años, lo habían convertido en un icono de la resistencia a la cultura woke, liberal y pro-LGBT.

¿Por qué un asesinato así? Porque Kirk era culpable de debatir con gran eficacia a favor de los valores cristianos, desmontando una a una las tesis de la parte contraria, es decir, la que querría prescindir de Dios para sustituirlo por una marea de ídolos alternativos: el medio ambiente, el control de la natalidad, las uniones homosexuales, la teoría del género, la eutanasia, el aborto, etc. Al hacerlo, Kirk mostraba la profunda sensatez y humanidad de sus posiciones —en última instancia, de la visión cristiana de la vida, del mundo y de la persona— sacando a la luz la verdad en el mar actual de mentiras que inundan la mayoría de los circuitos de información (y educación).

Sin embargo, desde que el mundo es mundo, si defiendes la verdad tienes que lidiar con el Enemigo —con E mayúscula, para indicar que no se trata de cualquier adversario, sino del diablo, que se esconde detrás de todos los demás enemigos terrenales—, que no puede tolerar de ninguna manera que triunfe la verdad, ya que sabe bien , como todo verdadero cristiano, que la verdad no es un conjunto de afirmaciones buenas para teólogos e intelectuales, sino una Persona: Jesucristo, único Salvador de la humanidad. Por lo tanto, si uno se expone para defender a Cristo, arriesga su vida, porque el demonio —al que el Señor, en el Evangelio, define como “homicida” y “mentiroso” (cf. Jn 8, 44), está dispuesto a todo con tal de impedir el encuentro del hombre con el Redentor, portador de la “buena nueva” (el Evangelio, precisamente) que es la única Verdad capaz de hacer libre al hombre (cf. Jn 8, 32).

Dicho esto, el asesinato de Kirk no es solo fruto de la autoexaltación de un joven —en concreto, Tyler Robinson, de veintidós años—, sino que es expresión de la furia homicida del mismo maligno, que se sirve de sujetos radicalizados y violentos (para actuar) o del pensamiento anticristiano rampante (para preparar sus acciones). Como confirmación de todo ello, se pueden leer las declaraciones públicas sobre el asesinato de Kirk, bajo el lema “se lo ha buscado”, hasta formas más o menos explícitas de justificación del asesinato con una cierta censura sobre los acontecimientos —si no una reconstrucción mentirosa— que ha caracterizado los artículos de gran parte de la prensa. Si se hubiera tratado del asesinato de un defensor de los derechos LGBT o del aborto, ¿no habríamos asistido a intervenciones de muy diferente tono? Y además, ¿cuál habría sido la reacción de la parte “ofendida” por un asesinato similar? Sin duda, reivindicaciones indignadas acompañadas de violencia verbal o incluso física, como nos enseña la crónica de los últimos años. En cambio, en el caso de Kirk, las reacciones públicas han sido de condolencia, reflexión serena y oración, hasta el discurso conmemorativo pronunciado el pasado 21 de septiembre por su esposa, Erika Frantzve, quien, ante unas 200.000 personas, dijo que estaba decidida a perdonar al asesino de su marido, al igual que Cristo perdonó a sus crucificadores.

En Arcore (Italia) ha tenido lugar uno de los muchas celebraciones del Orgullo Gay que, desde hace años, marcan el recorrido público de las reivindicaciones LGBT en Italia. También en este caso ha contado con el patrocinio de algunas instituciones, entre ellas el Ayuntamiento de Monza. La manifestación se ha presentado como una “fiesta colorida” para defender la “libertad” y los “valores” merecedores del patrocinio de las instituciones. Lástima que unos días antes del evento se anunciara la celebración de una “Via Frocis” —una parodia clara y blasfema, ya desde el nombre, del Via Crucis cristiano, porque la palabra “Frocio” quiere decir “gay” en italiano vulgar— compuesto por diez estaciones (en lugar de las catorce tradicionales) para comentar los supuestos valores y derechos del mundo arcoíris. Es difícil sostener que se tratara de una manifestación meramente satírica, ya que es toda la cristiandad la que debe sentirse afectada por una puesta en escena de este tipo.

Ahora bien, ¿cómo relacionar la Fiesta del Orgullo Gay en Brianza con el asesinato de Kirk? Al fin y al cabo, se podría decir que en Arcore no se ha matado a nadie. Pero los dos acontecimientos pueden relacionarse por la “dirección” común que subyace a ambos hechos: detrás de ellos se esconde, de hecho, el Enemigo. Es el diablo, de hecho, quien ha inspirado el asesinato del padre de familia cristiano que defendía, en resumen, la Verdad; así como es el demonio quien, con la apariencia de una “fiesta” inofensiva y colorida, intenta difundir las mentiras relacionadas con el mundo LGBT, para subvertir la naturaleza y el fin de la persona humana. ¿Por qué estaría el demonio detrás del pensamiento y las iniciativas del arcoíris? Porque desde que imperan los fiestas del Orgullo Gay, nunca han faltado expresiones blasfemas y ofensivas hacia la fe cristiana. Señal de que este mundo tiene muy claro quiénes son los enemigos y, por lo tanto, los objetivos de sus invectivas o acciones demostrativas, sin ningún tipo de moderación en el uso de la violencia verbal, cuando no física. Pasando sin ningún temor de las mentiras profanas (orgullo gay) a la furia homicida (asesinato de Charlie Kirk), es decir, utilizando las armas del demonio que mejor se adaptan al momento y al objetivo perseguido. ¿Por qué “sin ningún temor”? Porque el Mal sabe que puede contar con la indiferencia, si no con la connivencia, de la mayoría de las personas, por lo que estas cosas suceden en un silencio casi total, como si la conciencia colectiva se hubiera apagado.

En este contexto, el vínculo diabólico entre los dos acontecimientos puede resumirse en el mensaje de Medjugorje mencionado al principio: Queridos hijos, todos estos años estoy con vosotros para guiaros por el camino de la salvación. Volved a mi Hijo, volved a la oración y al ayuno. Hijos míos, dejad que Dios hable a vuestro corazón, porque Satanás reina y desea destruir vuestras vidas y el planeta en el que camináis. Sed valientes y decidíos por la santidad. Veréis la conversión en vuestros corazones y en vuestras familias, la oración será escuchada, Dios escuchará vuestras súplicas y os dará la paz. Yo estoy con vosotros y os bendigo a todos con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamada” (25 de marzo de 2020). “Satanás reina”: esto no puede sorprendernos, si tenemos en cuenta que el diablo es precisamente el príncipe de este mundo (cf. Jn 12,31; 16,11) y, como tal, ejerce un poder en el horizonte terrenal de la humanidad, por permiso divino.

Ante esta situación, cada vez más radicalizada debido al ateísmo y al pensamiento anticristiano que ahora se extienden, no podemos limitarnos a tomar nota de lo sucedido con indignación. De hecho, no podemos quedarnos como simples espectadores, sino que cada uno debe hacer su parte, consciente de que estas ideologías diabólicas son pasajeras (mensaje de Medjugorje del 25 de junio de 2025) y de que cada uno de nosotros ha sido elegido porque ha respondido a la llamada de María (cf. mensaje de Medjugorje del 25 de agosto de 2025). En concreto, no dejar en vano las invitaciones a la conversión que la Reina de la Paz nos ofrece desde hace más de 44 años implica ponerse siempre en juego, expresar la propia fe sin miedo, confiando en la gracia de Dios para poder dar testimonio, si es necesario, hasta el martirio. Este es, pues, el tiempo de la batalla entre la Luz y las Tinieblas, entre el Señor y el diablo, entre la humanidad que elige a Cristo y la que sigue al demonio. Es una lucha dura que se volverá aún más dura (cf. mensaje de Medjugorje del 18 de marzo de 2018) y que será una valiosa oportunidad para mostrar —como había dicho Charlie Kirk en una entrevista poco antes de ser asesinado— lo importante que es la fuerza de la fe.