San Roberto Belarmino

Doctor de la Iglesia, fue uno de los hombres más eruditos de su tiempo, valiente defensor de la ortodoxia católica tras las divisiones causadas por la Reforma protestante

Santo del día 17_09_2024 Italiano English

Autor de obras ascéticas, pastorales y teológicas que le valieron el título de Doctor de la Iglesia, san Roberto Belarmino (1542-1621) fue uno de los hombres más eruditos de su tiempo, valiente defensor de la ortodoxia católica tras las divisiones causadas por la Reforma protestante. Movido por la caridad tanto en la ayuda a los pobres - a los cuales donó todo - como en las disputas doctrinales, se le confió la cátedra de controversias (es decir apologética) en Colegio Romano. Aquí tuvo entre sus alumnos al joven Luis Gonzaga (1568-1591), al que asistió a su lecho de muerte, lo que le inspiró para escribir El arte de bien morir.

Sus lecciones confluyeron en una obra, Controversias, cuya resonancia en Europa fue tal que los protestantes instituyeron cátedras ad hoc en el intento de responder a las sólidas argumentaciones del jesuita. Estuvo involucrado en la instrucción del proceso a Giordano Bruno, al que intentó salvar convenciéndolo de que renegara de sus tesis heréticas. También tuvo un papel en la primera elucidación de Galileo Galilei con el Santo Oficio, donde el científico se presentó voluntariamente a finales del 1615, y algunos meses más tarde tuvo que admitir que el heliocentrismo de Copérnico (cuyo tratado está dedicado al papa Pablo III, que le animó a publicarlo) aún tenía el estatus de una hipótesis no demostrada según el método científico.

Escribió la Doctrina cristiana breve (estructurada en 94 preguntas y respuestas) y la Declaración más copiosa de la doctrina cristiana. Estas dos obras, más conocidas como «Pequeño y Gran Catequismo», tuvieron una grandísima difusión y estuvieron en uso hasta el siglo XIX, formando enteras generaciones de fieles. Belarmino las había escrito por orden de Clemente VIII, que lo había llamado a Roma como su teólogo de confianza. Profundamente humilde, el mismo papa dijo de él: «La Iglesia de Dios no tiene a nadie del mismo valor en el ámbito de la ciencia».

Para saber más:

Catequesis de Benedicto XVI sobre san Roberto Belarmino (audiencia general del 23 de febrero de 2011)