San Columbano por Ermes Dovico

San Ramón Nonato

Vistió el hábito de los mercedarios, es decir, de esos religiosos que profesaban un cuarto voto - llamado «de redención» - y se comprometían a liberar a los cristianos a los que los musulmanes convertían en esclavos

Santo del día 31_08_2020 Italiano English

San Ramón Nonato (c. 1200-1240) vivió mientras España estaba en medio de la Reconquista. Vistió el hábito de los mercedarios, es decir, de esos religiosos que profesaban un cuarto voto - llamado «de redención» - y se comprometían a liberar a los cristianos a los que los musulmanes convertían en esclavos. Con este fin, ofrecían sus bienes o, incluso, se ofrecían a ocupar el lugar de los prisioneros con el riesgo de tener que renegar de su fe.

El epíteto Nonnatus («no nacido») deriva del hecho de que fue sacado del seno de su madre por cesárea después de que esta hubiera fallecido antes de dar a luz. Este hecho tuvo lugar en territorio catalán, en el pueblo de Portell, después llamado San Ramón.

Cuando aún era un niño oyó hablar de la obra caritativa de Pedro Nolasco (c. 1180-1256), el santo que en 1218 había fundado la Orden de Santa María de las Mercedes, de la que toman el nombre los mercedarios. Con 21 años Raimundo entró en la Orden de la Merced, de tipo mendicante, y emprendió diversas misiones para rescatar a los prisioneros cristianos. La tradición hagiográfica habla, en especial, de tres viajes, uno de los cuales a Valencia en 1224 (esta ciudad será liberada catorce años más tarde), donde rescató a 233 esclavos, y otros dos a Argel, donde liberó, entre ambos viajes, a un total de 290 cristianos. Fue precisamente en una de estas misiones en África del norte donde Raimundo, al quedarse sin bienes materiales para pagar el rescate, se ofreció a ocupar el lugar de un padre de familia.

En medio del resto de prisioneros crecidos en la misma fe, el santo, aun sufriendo maltratos, empezó a fortalecer a sus compañeros, a los que les recordaba las enseñanzas y las promesas de Cristo para quienes sufren por Él. Según la tradición, su obra de consuelo y conversión fue tan eficaz que los guardias musulmanes, para impedir que hablara, le agujerearon los labios y se los cerraron con un candado. Al final, sus hermanos de comunidad consiguieron rescatarlo y en 1239 pudo volver a España. Murió un año más tarde en el castillo de Cardona, en tierras catalanas. Su sepulcro se convirtió rápidamente en meta de peregrinaciones. Fue profanado y destruido durante la Guerra Civil española (1936-1939).

Patrono de: niños, matronas, parturientas