San Edmundo
Inglaterra está llena de iglesias dedicadas a san Edmundo (c. 841-870) y de frescos que representan su martirio, que tuvo lugar durante la ocupación de tierras inglesas por parte de la Gran Armada danesa.
Inglaterra está llena de iglesias dedicadas a san Edmundo (c. 841-870) y de frescos que representan su martirio, que tuvo lugar durante la ocupación de tierras inglesas por parte de la Gran Armada danesa. Rey de Anglia Oriental, según la tradición fue coronado por el obispo Humberto de Elmham el 25 de diciembre del año 855, cuando aún era un adolescente. Fue un rey justo, que durante el invierno hacía que se distribuyeran los víveres de las despensas reales a sus súbditos. Cuando tuvo que hacer frente a una de las muchas invasiones de vikingos, se negó a aceptar un acuerdo que penalizaría a su pueblo y que implicaría el abandono de la religión cristiana.
La hagiografía más conocida es la Passio Sancti Eadmundi escrita por san Abón de Fleury (945-1004), que dedicó el trabajo a san Dustán de Canterbury (909-988) el cual, a su vez, conocía la historia del martirio por un anciano que había sido testigo ocular: el hombre que, ese día, había llevado la espada del mártir. En su detallada crónica, san Abón relata que los paganos, que se sentían seguros por su ejército numéricamente superior, golpearon e hirieron a Edmundo. Después lo ataron a un árbol y lo azotaron, mientras el santo «proclamaba continuamente la verdadera fe en Cristo. Entonces los paganos enloquecieron de rabia a causa de su fe puesto que seguía pidiendo la ayuda de Cristo. Lo golpearon con jabalinas para divertirse, hasta que acabó acribillado por los golpes, como un puerco espín, como había sucedido con [san] Sebastián».
A continuación lo decapitaron. Los cristianos recuperaron sus restos. En el siglo XI las reliquias fueron trasladas a una iglesia de la ciudad conocida, hoy, como Bury St. Edmunds, que se convirtió en meta de peregrinaciones y objeto de donaciones por parte de distintos reyes de Inglaterra. Se recuerda, en especial, la peregrinación de Canuto el Grande, rey de origen escandinavo que se había convertido al cristianismo y que, en 1020, depositó la corona sobre el relicario de san Edmundo como expiación por los pecados de sus antepasados. Este relicario fue destruido en 1539 como consecuencia del Cisma anglicano, durante la supresión de los monasterios llevada a cabo por Enrique VIII.
Patrón de: soberanos, víctimas de tortura; diócesis católica de Anglia Oriental