San Constancio de Perugia
San Constancio, venerado como primer obispo de Perugia, fue martirizado en el siglo II
San Constancio, venerado como primer obispo de Perugia, fue martirizado en el siglo II bajo Marco Aurelio (emperador de 161 a 180) o durante las persecuciones de su predecesor Antonino Pío. A lo largo del tiempo ha habido varias hagiografías, que describen a Constancio como un hombre de gran fe y de ánimo generoso, elegido obispo cuando todavía era joven.
Según la tradición, algunos soldados le llevaron ante el cónsul Lucio, le azotaron y después le sumergieron en agua hirviendo, de la que salió ileso. Después fue encarcelado, pero consiguió convertir a sus carceleros, que le hicieron huir; encontró refugio en casa de un cristiano llamado Anastasio, que fue arrestado junto con él. Al final, después de varias peripecias, fue conducido a Foligno y decapitado en un lugar llamado el “Trivio”.
Poco después del martirio, el cuerpo de Constancio fue trasladado a Perugia y enterrado en un lugar llamado “Areola fuori Porta San Pietro”, donde surgía la primera catedral de la ciudad y donde hacia el 178 fue erigido un mausoleo en honor del santo. Sobre el mismo lugar se consagró en 1205 la actual iglesia de san Constancio, que todavía hoy custodia sus reliquias.