Reconocer la realidad
Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo. (Mc 1,7)
En ese tiempo, Juan proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo». Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia él como una paloma. Se oyó una voz desde los cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco».(Mc 1,7-11)
San Juan Bautista es grande porque, guiado por el Espíritu Santo desde el vientre materno, se hace pequeño, reconociendo la realidad, a saber: que él es solo un mensajero que precede a Jesús, al que prepara el camino en los corazones de los propios discípulos. Y nosotros, con las personas que nos han sido confiadas, ¿hacemos de todo para mostrarles a Jesús, o Él es solo lo último de lo que hablar?