Podría costarte caro
Enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad. (Mt 13,41)
Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo». Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el final de los tiempos y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga. (Mt 13,36-43)
La parábola de la cizaña quiere enseñarnos que la vida terrenal es una misericordiosa prueba a la que Dios nos somete. Mientras uno siga con vida la conversión es posible a pesar de que, a medida que pasa el tiempo, se vuelva más difícil porque las decisiones que tomamos nos condicionan, tanto para bien como para mal. Durante toda nuestra vida terrenal, Jesús nos llama para que cambiemos de vida, pero después de la muerte seremos juzgados según nuestra acciones y sin falsas coartadas. No lo olvides nunca: lo que haces hoy condiciona tu mañana y podría salirte caro.