Pizzaballa: “La humillación de Gaza es moralmente inaceptable”
Rueda de prensa del patriarca latino de Jerusalén junto al patriarca ortodoxo Teófilo III: es inaceptable lo que está sufriendo la población de la Franja. Un llamamiento-denuncia no contra Israel, sino contra la actual política israelí que utiliza el hambre como arma.

“Cuando se ve con los propios ojos lo que está sucediendo en la Franja de Gaza, es difícil no reconocer que ese pueblo está viviendo una humillación muy difícil de soportar, moralmente inaceptable e injustificable”. Éste es uno de los pasajes clave de la intervención de Pierbattista Pizzaballa, patriarca de Jerusalén de los Latinos, durante la rueda de prensa de ayer, a la que también ha asistido el patriarca greco-ortodoxo, Teófilo III, a su regreso a la ciudad santa, tras su visita al enclave musulmán y tras el ataque israelí a la parroquia latina de Gaza el pasado 17 de julio. El balance de la agresión fue de tres muertos y una decena de heridos.
El cardenal prosigue: “La ayuda humanitaria no solo es necesaria, es una cuestión de vida o muerte. Cada hora sin comida, agua, medicinas y refugio causa un profundo dolor, es una condena. Lo hemos podido ver: hombres que resisten al sol durante horas con la esperanza de una simple comida”. Solo ayer, según fuentes sanitarias de la Franja, murieron veinte niños de hambre.
“En Gaza hemos encontrado un pueblo aplastado por el peso de la guerra, pero que llevaba en sí la imagen de Dios. Hemos caminado entre los heridos, los que sufren, los desplazados y los fieles, cuya dignidad permanece intacta a pesar de la agonía”, ha añadido el patriarca ortodoxo, Teófilo III, sentado junto al patriarca latino. Ambos han lanzado un llamamiento-denuncia a la comunidad internacional: “El silencio ante el sufrimiento es una traición a la conciencia”.
Pizzaballa ha añadido: “No puede haber un futuro basado en el cautiverio, el desplazamiento de los palestinos o la venganza. Debe haber un camino que devuelva la vida, la dignidad y toda la humanidad perdida. Es hora de poner fin a este absurdo, de poner fin a la guerra y de dar prioridad absoluta al bien común de las personas”.
Pero los dos patriarcas también han hecho un llamamiento urgente pidiendo la liberación de quienes han sido privados de su libertad, el regreso de los desaparecidos y los rehenes, y la recuperación de las familias que sufren desde hace tiempo en todas partes.
Esta guerra desproporcionada está causando demasiada devastación. Demasiadas personas han sido asesinadas injustamente. Es inaceptable la ecuación utilizada como justificación de la respuesta israelí, según la cual todo palestino es un terrorista. En Gaza, hombres, mujeres y niños deambulan desesperadamente entre escombros y ruinas poniendo en peligro sus propias vidas en busca de ayuda. Los dos patriarcas quedaron impresionados por lo extendido que está el hambre, arma utilizada por Israel, entre la población. Zion Hagay, presidente de la Asociación Médica Israelí (IMA), pide al Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT) que garantice la entrada de suministros médicos y ayuda humanitaria básica en la Franja. Moralmente nunca se podrá justificar lo que está sucediendo en este pedazo de tierra. Pizzaballa subraya que, aunque “denunciamos lo que está sucediendo en Gaza, también reconocemos la solidaridad de muchos sectores de la sociedad israelí. No estamos en contra de Israel —subraya—, no estamos en contra del pueblo judío, pero sí estamos en contra de la política actual en Gaza”.
Pero, ¿cómo será Tierra Santa al final de esta guerra? El camino hacia la reconstrucción y la reconciliación será largo, muy largo. Entre israelíes y palestinos hay demasiadas heridas difíciles de curar. Será necesario sanar estas heridas transformándolas en acogida; transformar el odio que ahora ha tomado el control en gestos de amor y hermandad. “Como pastores de la Iglesia en Tierra Santa, renovamos nuestro compromiso por una paz justa, por una dignidad incondicional y por un amor que trascienda todas las fronteras. No convirtamos la paz en un eslogan mientras la guerra sigue siendo el pan de cada día de los pobres”, han concluido los dos patriarcas.
A pesar de los repetidos llamamientos al alto el fuego y a la reapertura de los corredores humanitarios, en la Franja se sigue muriendo bajo las bombas de la aviación y la artillería. Se han producido intensos bombardeos en zonas que hasta ayer se habían salvado. La Yihad Islámica Palestina afirma haber perdido el contacto con el rehén Rom Braslavski, detenido en la Franja tras el último ataque del ejército israelí.
Ayer mismo, el Ministerio de Salud de Hamás ha informado de que 134 personas habían muerto en las últimas veinticuatro horas. Ya no se sabe dónde enterrar a los muertos. El espacio en los cementerios se ha agotado, en parte debido a su destrucción y a las órdenes de evacuación que han obligado a los habitantes de Gaza a abandonar las zonas urbanas, privándoles de los lugares tradicionales de enterramiento cerca de sus hogares.
Mientras el control judío de ese pedazo de tierra avanza inexorablemente, Israel y Hamás están evaluando las condiciones para un alto el fuego, que en teoría pondría fin al enfrentamiento armado y permitiría la liberación de algunos rehenes.