EL LIBRO DE LA BUSSOLA

La carta de Benedicto XVI, ¿por qué ahora?

Hay una pregunta que muchos de nuestros lectores nos han planteado con respecto a la publicación del libro de la Bussola, que contiene la carta de Benedicto XVI en la que reafirma la plenitud de su renuncia al pontificado: ¿por qué después de once años? La respuesta se encuentra en la nueva etapa histórica que se ha abierto en la Iglesia.

Ecclesia 09_08_2025 Italiano English

La publicación de la carta de Benedicto XVI a monseñor Nicola Bux, fechada el 21 de agosto de 2014, en la que reitera la plena validez de su renuncia al pontificado, ha suscitado, con razón, mucho interés y algunas preguntas. Dejemos de lado los comentarios de quienes ya son prisioneros de convicciones que tienen más que ver con la lógica de la secta que con la adhesión a la fe católica, y de quienes —parafraseando el juicio del «padre Abraham» en la parábola del rico epulón— no se dejarían «persuadir ni aunque resucitara alguien de entre los muertos».

Pasemos ahora a una pregunta legítima que nos han planteado nuestros lectores. ¿Por qué publicar esta carta después de once años y no cuando la polémica estaba en pleno apogeo? En primer lugar, porque se trataba de «una correspondencia privada» y monseñor Bux consideraba correcto mantenerla como tal; pero, sobre todo, porque quería evitar que dicha carta se convirtiera en más leña para la guerra entre facciones opuestas en torno a la renuncia de Benedicto XVI y al pontificado de Francisco. Hay que reconocer que muchas reacciones descompuestas o surrealistas de estos días por parte de quienes en los últimos años han prosperado con teorías extravagantes sobre la renuncia de Benedicto XVI dan la razón a la decisión de monseñor Bux.

¿Por qué publicarla ahora? Monseñor Bux lo explica en la introducción a la correspondencia que figura como apéndice del libro Realtà e utopia nella Chiesa (ed. Omni Die): «Porque con la muerte del papa Francisco y la elección del papa León XIV considera concluida la fase emotiva abierta por la renuncia de Benedicto XVI».

La publicación de la carta de Benedicto XVI, por lo tanto, además de poner fin a tantas especulaciones, es una manera de confiar esa renuncia a la historia, con todas las valoraciones críticas que se pueden hacer hoy. No hay que olvidar, en efecto, que para comprender plenamente su significado, esa carta debe leerse en el contexto de las preguntas que monseñor Bux entregó al papa emérito durante una audiencia celebrada el 21 de julio de 2014. Al término de esa conversación, que duró aproximadamente una hora y en la que se habló «también de la liturgia, de la interpretación del Concilio Vaticano II y de la unidad de los cristianos», monseñor Bux entregó a Benedicto XVI una carta —también incluida en el libro— que, poco más de un año después de la renuncia, contenía «las reflexiones y observaciones de muchos amigos autorizados sobre su acto y la situación resultante».

Y las respuestas escritas por Benedicto XVI un mes después pasan ahora a la historia y se prestan a valoraciones críticas: siempre en el apéndice del libro, monseñor Bux propone, de hecho, algunas valoraciones sobre la carta del Papa —que responde solo en parte a las preguntas que se le habían planteado— relativas precisamente al ministerio petrino y a las consecuencias de la renuncia de Benedicto XVI. Cabe destacar además que el libro, del que la correspondencia constituye el apéndice, propone una lectura original de los últimos sesenta años de historia de la Iglesia (Realtà contro utopia, Giovanni Paolo II e Benedetto XVI contro Francesco e mons. Tonino Bello) y sirve, por tanto, de telón de fondo a la historia de la renuncia al pontificado.

Por lo tanto, si se lee sin prejuicios, el libro es una oportunidad para la reflexión y el análisis que puede estimular nuevas valoraciones.