Santos Ponciano e Hipólito por Ermes Dovico
FRAGMENTOS DEL EVANGELIO

Corrección fraterna

Si tu hermano peca contra ti, repréndelo (Mt 18,15)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.

En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.

Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».

(San Mateo18,15-20)

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Donde dos o más seguidores de Jesús se encuentran juntos, Él también está presente. Cuando uno de ellos comete un error contra otro, ese error afecta a toda la comunidad. Por eso es fundamental llamar la atención a quien se equivoca. Si el pecado tiene repercusiones colectivas y no se interviene con una corrección fraterna, los malentendidos corren el riesgo de multiplicarse, generando confusión y divisiones. Jesús indica un camino preciso para aclarar las cosas: primero, una conversación privada; luego, con la ayuda de algunos testigos; y, por último, si es necesario, ante toda la comunidad. Solo así se pueden abordar de manera seria y responsable los errores que ponen en peligro la unidad. Recemos, pues, al Señor para que en nuestras relaciones, tanto en la familia como en la parroquia o con los amigos, reine siempre la transparencia y la confianza mutua. ¿Tienes el valor de dejar que te corrijan cuando cometes un error?